sábado, 15 de mayo de 2010

EL CRIMEN DEL PULPO.


Esta receta no la hice yo, la hizo un amigo que es venezolano, hijo de gallegos. Con el agua muy caliente pusimos un pulpo grande a hervir. Primero se sumerge, se quita, se sumerge, se quita de nuevo y por último ahí queda hirviendo un buen rato. A este proceso se llama “asustar al pulpo”. Yo también me asustaría.


Al cabo de una hora aproximadamente (que esté blando pero no mucho) se quita del agua.
Es entonces cuando comienza un proceso de mutilación nerviosa que si no estás acostumbrado a verlo, más vale que te vayas de la cocina. Cogió el pulpo por la cabeza enterrándole un tenedor sin sentir la más mínima culpa (me parece a mi o los pulpos tienen pinta de extraterrestres?) y con una tijera comenzó a cortar los tentáculos desde la punta al cuerpo del pulpo: tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac.
Dicho así suena espantoso, verlo es aún peor.

Cuando llega al cuerpo del pulpo la mutilación ya es más tradicional: sobre una tabla y con cuchillo y tenedor.
Luego se pone sobre una base de patatas con pimentón (mitad dulce, mitad picante), sal gorda (o gruesa) y bastante aceite de oliva.
Está riquísimo, al menos lo suficiente para olvidarte que te estás comiendo una especie de alienígena marino que fue asustado en agua hirviendo y mutilado por un gallego medio sádico.

El delicioso plato lo acompañamos con mejillones. En una olla grande pones un buen chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente vuelcas los mejillones (yo les corto uno a uno las barbas, no me gusta comerlo con bigotes). Luego le agregas bastante ajo y perejil picado y un vaso de vino blanco. Tapas la olla y al cabo de 5 minutos tienes un plato delicioso.
¿Sabías que los mejillones están vivos cuando se meten en el agua? Si estuviesen muertos se abren, cuando están vivos están cerrados. Para cocinar productos del mar se requiere de cierto toque de sadismo del que carezco. Pero reconozco que están riquísimos.











1 comentario:

Carlos M. dijo...

¡Yo también se hacer el pulpo! Comenté mientras me tiraba al suelo y comenzaba a reptar con mis 8 patas.