martes, 7 de diciembre de 2010

PAN DE CARNE DE CABARET.

Ayer fui a El Molino de Paral.lel, en Barcelona. Es un antiguo local de cabaret que reabrió sus puertas hace un par de meses. Un encanto de espectáculo. Por un momento te olvidas en qué año estás, en qué época estás y quién eres. Yo he decidido ver el espectáculo como un señor de bigotes que en 1898 quería evadirse de su rutina y con la ayuda de algunos tragos y algo de humo, se perdía entre las plumas de un grupo de generosas vedettes. Por unas horas fui parte del pasado, por unos momentos sentí lo que tantos otros habrán sentido, viví lo que otros habrán vivido y fui lo que otros habrán sido.

Los actores, ensimismados en sus papeles, parecían poseídos por los espíritus del antiguo cabaret, unos espíritus que se podían percibir en sus miradas y movimientos y que seguramente se negaban a consentir que nadie más viviera la magia de El Molino por ellos.












Me llamó la atención el maestro de ceremonia. Un chico muy guapo, alto, grande, con una ambigüedad atrevida y radical. Era muy hombre y muy gay. Muy cortés y muy depravado. Muy caballero y muy canalla. Nos hablaba desde 1898 y también desde finales del 2010.
Su voz y su presencia abarcaron cada rincón de aquella pequeña y grandiosa sala que esperaba inquieta, callada y triste, el emocionante revivir del ayer.









A la salida fuimos a tomar un trago al sugestivo bar de copas de La Confitería, un punto de encuentro de actores y bohemios de la calle Sant Pau. De pronto vimos entrar a un chico de estatura mediana y complexión pequeña, vivaz y discreto que aparcó su bicicleta en la puerta y fue al encuentro de sus amigos. Era el maestro de ceremonia, que dejó en El Molino el espíritu descarado y omnipresente del maestro de ceremonias de una Barcelona de cien años atrás y ahora sólo era… él. 


Qué bueno ser actor y poder desdoblarse así en una realidad paralela por unas horas. Jugar a ser otro y en nombre de ese otro poder hacer todo lo que, como nosotros mismos, no nos atrevemos a hacer. Que bueno poder mirar desafiante a todos cuantos se te pongan delante, cantarles cuatro verdades y entre movimientos histriónicos representar una obra de la que ni siquiera tienes que hacerte responsable.

Ayer fui una vedette bailando perfecta entre luces y plumas. Fui un señor de traje y  bigotes, fumador empedernido embriagándome en El Molino. Fui un travesti muy conocido. Un maricón sin “remedio”. Fui la censura miedosa de lo desconocido. Una nube de humo que respira el paso del tiempo en un rincón del olvido. Ayer fui un barman semidesnudo, poniendo tragos baratos en un cabaret. Fui una pareja desvergonzada que perdiéndose por un barrio atrevido, vivía una noche de alegría. Ayer fui la trampa, la otra, la querida. Fui una mujer engañada esperando a mi marido. Fui un maestro de ceremonias alto y elegante, medio caballero, medio canalla, medio afable. Fui las aspas de El Molino y en cada giro, marqué un segundo de realidad que no volvería, sino hasta cien años después. 


PAN DE CARNE DE CABARET

Mezclas 1 kg. de carne picada con 1 cebolla, tres dientes de ajo y medio morrón rojo muy, muy picado. Agregas una cucharada de orégano, sal y pimienta a gusto. Luego mezclas todo con unas 10 olivas muy picadas y 3 huevos.



Sobre un papel de plomo (aluminio) con aceite de oliva formas un pan y lo envuelves. Llévalo al horno a temperatura media durante una ½ hora.




El jugo de la carne se desprenderá lentamente. Luego quita el papel y termina de cocinarlo a tu gusto y en su jugo.



Aparte corta 5 patatas en tiritas muy pequeñas, colócalas en una bandeja de horno profunda con una cebolla picada en tiritas, 200 gramos de queso rallado, una cucharada de orégano, pimienta y sal a gusto y lo cubres con leche hasta la mitad (que no llegue a cubrir las patatas). Lo llevas al horno hasta que las patatas estén tiernas (verás que la leche se consumirá).



Para acompañar he hecho una salsa con hongos, 3 dientes de ajo, una cucharada de perejil, aceite de oliva, sal y un chorro de crema de leche. Lo dejé mucho tiempo a que los sabores se mezclen bien.



Ya está, espero que te guste y que cuando lo disfrutes, seas quien seas, estés actuando en la obra de tu vida, como quien más te apetezca ser.





























4 comentarios:

meioambienteabertoleiseabusos.blogspot.com dijo...

Olá, boa noite! Aqui no Brasil já são 23 horas, e depois de ler as receitas me bateu uma fome danada, vou assaltar a geladeira, ver se tem algo pronto, gostei muito do Blog e das receitas, abraços.
Arturo C. Gonzalez

Papámba. dijo...

Muito obrigado! e saludos a Brasil! o país mais grande do mundo!

Anónimo dijo...

Carito de mi vida!

Hace años que no entraba en tu blog y ahora que lo miro, me encanta ver como ha crecido, tus anécdotas, fotos y recetas coloridas! Che, cuando me invitas a probar una de estas sabrosísimas recetas!! Chanta, que hace mucho que no nos vemos!
Te quiero mucho. Caro P, tu otra tocaya!

Papámba. dijo...

Hola Carito!!!!! Propongo descorchar un vino y charlar como nos gusta mientras cocinamos algo parecido a esto antes de fin de año! Todo un desafío ehhhh??? que te parece? Un abrazo grande Carola, yo también te quiero mucho! Beso grande,